- Antes de empezar es muy importante definir la estrategia. Hay que tener muy claro el objetivo que perseguimos: buscar trabajo, clientes, contactos para nuestra empresa en el extranjero, etcétera.
- Hay que buscar el momento LinkedIn del día, integrado como una tarea más en nuestra agenda, y dedicarle el tiempo necesario en función de los objetivos. Cinco nuevos contactos al día acaban siendo 1.825 al año. Es recomendable crear una cuenta de correo electrónico exclusivamente para redes sociales.
- Conviene cumplimentarlo en su totalidad, teniendo en cuenta algunas ideas: Incorporar una foto teniendo presente que es un entorno profesional. Nada de fotos informales de las que usaríamos en otras redes sociales ni logotipos de empresas; es recomendable añadir también un e-mail y un teléfono de contacto en el apartado Extracto; necesitaremos dos o tres recomendaciones. Una buena estrategia para lograrlo es que nosotros recomendemos previamente. Basta con unas pocas de personas clave; usar la Zona de presentaciones para adjuntar documentos, imágenes o vídeos que muestren nuestros productos o actividades.
- A la hora de identificarnos como profesionales, cuidado con los anglicismos y los títulos largos y farragosos. Como sucede en Google, las búsquedas en LinkedIn funcionan mediante palabras clave. Si el título que ponemos bajo nuestro nombre no indica claramente a lo que nos dedicamos, corremos el riesgo de que no nos encuentren.
- Una vez confeccionado el perfil, hay que iniciar la búsqueda de aquellas personas a las que pensemos que les puede interesar nuestro producto o perfil. Es particularmente recomendable el uso de la Búsqueda avanzada, que permite seleccionar y filtrar los criterios. También la búsqueda por código postal.
- Las personas nos agrupamos por afinidades. Hay dos formas de hacerlo: crear grupos si existe una masa más o menos homogénea que nos sigue a la que puede interesar nuestra actividad; o en grupos ya existentes.
- LinkedIn no se reduce a contactar. Se trata de comunicar, de decirle a otros qué es lo que hacemos y qué estamos buscando. Es interesante tener preparados pequeños textos-plantilla en los que indiquemos en pocas líneas a qué nos dedicamos y qué esperamos de nuestro interlocutor.
- Hay que mantener en todo momento la cortesía y educación, pero esta red permite aparcar tratamientos excesivamente formales.
- No es aconsejable utilizar este entorno vinculado a nuestras cuentas en otras redes sociales como Twitter o Facebook. La primera presenta la limitación de los 140 caracteres; la segunda se mueve en el ámbito personal. LinkedIn, en cambio, es un ámbito profesional y tiene unos códigos y formas de expresión propios, y distintos a las dos anteriores.
- Las redes sociales no se improvisan. Empieza hoy. No esperes a no tener trabajo para empezar a tejer tu red profesional, es un activo que te acompañará a lo largo de tu vida profesional.
Fuente: Arturo de las Heras, director general del Centro de Estudios Financieros (CEF)
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