Cuando nos entregamos a placeres poco saludables, es cuestión de tiempo para que nos pasen factura. Y curiosamente, mientras compramos cremas antiedad y nos pintamos el pelo para vernos más jóvenes, perpetuamos hábitos que sepultan ese anhelo de que nos quiten años.
Aunque antes los médicos nos decían que para vernos más jóvenes teníamos que atender la alimentación o el ejercicio específicamente, hoy varios estudios confirman el impacto positivo que también tienen situaciones como vivir en pareja o sentirnos plenos y felices.
Tal vez analizar esos hábitos en las personas que nos rodean nos ayuda a entender por qué unos se ven más jóvenes que otros, y cómo incluso individuos personas menores que nosotros parecen nuestros hermanos mayores.
No hay un método riguroso para saber si nuestro cuerpo es más o menos joven biológicamente, pero varios test coinciden en preguntas muy similares, pues los estudios ya determinaron cuáles son los hábitos que más envejecen.
Antes de que se aventure a hacer un cálculo de su edad biológica, échele un vistazo a la siguiente información y podrá determinar cuál es su tendencia.
1. ¿Come o se alimenta?
Alimentarse es muy distinto a comer, porque la primera opción consiste no solo en la comida que ingiere, sino en general, con qué alimenta su mente y qué tipo de información consume; porque realmente esta puede llegar a ser tan chatarra como ciertos alimentos o como los pensamientos negativos que aumentan peligrosamente los niveles de estrés.
Sin embargo la dieta es indispensable, porque claro, como ocurre con cualquier otra máquina, el combustible que usted le dé a su cuerpo marcará la diferencia a la hora de verse más o menos joven. Comer carnes rojas y otros productos ricos en grasa saturada como los lácteos, por ejemplo, promueve un envejecimiento prematuro del cerebro.
Consumir exceso de sal o de azúcar también es una mala decisión. La primera le deshidratará más fácilmente, elevará su presión arterial y sobrecargará sus riñones. La otra, la dulce, acelera el envejecimiento porque acaba con el colágeno y potencia la presencia de los radicales libres, sustancias que afectan prematuramente a las células del cuerpo.
2. ¿Se las da de “mujer maravilla”?
El estrés se volvió tan común, que ahora es tomado a la ligera por muchos. Sin embargo, es necesario enfatizar en que, sin darnos cuenta, puede ocasionar daños muy serios. Sobrecargarse de responsabilidades, de situaciones y de un montón de cosas, es una pésima decisión. Algunas veces, acciones tan sencillas como aprender a delegar funciones o no exigirse hasta el punto de “darse látigo cada día”, la salvarán de algunas arrugas.
Al igual que pasa con el azúcar, el estrés aumenta la producción de radicales libres, unos agentes capaces de dañar las células hasta la máxima expresión –incluso producen enfermedades como el cáncer-. También incide en los ciclos de sueño, otro factor determinante para que nuestro organismo no envejezca aceleradamente.
Dormir menos de siete horas tampoco es una buena idea, porque no solo la hará ver ojerosa y cansada en la mañana sino que reducirá notablemente su lucidez y calidad de vida. Así que no se vale robarle horas al descanso para hacer las tareas que no logró terminar en el día. Si no tiene por lo menos siete horas de sueño, empiece a sumarle años a su edad.
3. ¿Algunas veces se mueve?
Es suficiente con que, debido a su trabajo, pase buena parte del día sentada; pero si a eso le suma que no se baja del carro ni para ir a la tienda y usa el ascensor para llegar a un segundo o tercer piso…
El sedentarismo va en contra de lo que ha sido la lógica de nuestra evolución, y hasta ahora estamos calculando sus consecuencias. Además de ser una de las causas que más ha aumentado los índices de obesidad, no ejercitarse nos puede provocar enfermedades renales, cardiovasculares y otras asociadas como la diabetes. Por supuesto, cualquier enfermedad tiene la capacidad de envejecernos, así que el estado de salud es un buen indicio de cómo anda nuestra edad biológica.
Los estudios han demostrado que las personas que se ejercitan mínimo tres veces a la semana durante 30 minutos cada vez, tienen mayores probabilidades de vivir con una calidad mucho mejor hasta diez años más.
Aunque verse más joven también depende de la genética, otra clave es ser conscientes de que hábitos como fumar, tomar y consumir en exceso alimentos enlatados, nos hacen más viejas de lo que dice la cédula.
Pero si quiere hacerse una idea más exacta de cuál es su edad real, les aconsejamos probar con el test de Onmeda www.onmeda.es/test/edad_biologica_calculadora.html; después de responder solo 10 preguntas muy fáciles, éste le dará un aproximado de su edad biológica real.
Publicado en el Diario Universal de Cartagena
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