Lo que sabemos hasta ahora, es que el coronavirus se denomina SARS-CoV-2 y la enfermedad que produce la han denominado Covid-19
Sabemos también que si nuestro sistema inmunológico no contrarresta el SARS-CoV-2 en su fase inicial, tras unos días, el virus baja por la tráquea para atacar los pulmones, creando complicaciones graves y, en algunos casos, la muerte. Normalmente, el sistema inmunológico termina con la infección por sí mismo tras unos días, pero algunos pacientes, especialmente las personas con un sistema inmune deprimido, de edad avanzada y con otras enfermedades, son incapaces de afrontar la infección, y esta se agrava.
Los expertos explican que el virus se multiplica dentro de las células y, en casos más graves, hace que las defensas del organismo desencadenen una auténtica «tormenta de citoquinas», producto de una sobreactivación de los glóbulos blancos que, en esas circunstancias liberan en la sangre cantidades demasiado altas de esas moléculas cuyo papel es estimular la inflamación.
La tormenta de citoquinas causa fiebre alta, pérdidas en los vasos sanguíneos, coagulación de la sangre dentro del cuerpo, presión arterial muy baja, falta de oxígeno, exceso de acidez de la sangre y acumulación de líquido en los pulmones. En esa situación tan dramática, los glóbulos blancos se «vuelven locos» y atacan incluso al tejido sano, lo que lleva a la insuficiencia de los pulmones, el corazón, el hígado, los intestinos, los riñones y los genitales. Los médicos conocen este cuadro como Síndrome de Disfunción Orgánica Múltiple, o MODS.
A veces, los restos de proteínas y células muertas por los glóbulos blancos pueden llegar a recubrir los pulmones con una fina capa (la membrana hialina) que dificulta la absorción de oxígeno. Los pulmones se apagan y se produce una insuficiencia respiratoria aguda que acaba con la vida del paciente. La mayor parte de las muertes por Covid-19 siguen este terrible patrón.
Debido a todo esto, se puede producir diferente sintomatología y complicaciones. Las principales manifestaciones clínicas de la COVID-19 son fiebre, tos seca, disnea y estrés respiratorio agudo. Sin embargo, muchos sujetos infectados pueden ser asintomáticos o presentar síntomas leves, como cefalea, tos no productiva, fatiga, mialgias y anosmia. Algunos pacientes pueden padecer un SARS una semana después de iniciados los síntomas y puede ser mortal. La mortalidad global se estima en un 8% y se debe a insuficiencia respiratoria con hipoxia o fallo multiorgánico.
Hasta ahora se habla por ejemplo de inflamación en dedos por microtrombos, pérdida del olfato y gusto (anosmia), ictus, infartos, priapismo (erección prolongada), edema cerebral, degeneración neuronal, encefalopatía, meningoencefalitis,
DIAGNÓSTICO :
En el contexto actual, debe plantearse el diagnóstico de COVID-19 en toda persona que presente fiebre, tos seca, fatiga y disnea.
- PCR(Reacción en Cadena de Polimerasa):se han convertido en las más rápidas y eficientes para detectar el SARS-CoV-2 en la nasofaringe y las secreciones respiratorias. Esta técnica tiene una alta especificidad, aunque su sensibilidad es del 50-79% en función del tipo de muestra y el tiempo desde el inicio de los síntomas.
- Test rápidos para la detección de anticuerpos (Ac): consisten en detectar los Ac producidos frente al virus, mediante una muestra sanguínea obtenida de la yema del dedo. También pueden detectar las proteínas del virus a través de las muestras respiratorias de los exudados nasofaríngeos. Además de permitir obtener los resultados en 10-15 minutos, son menos sencillas y pueden realizarse fuera del ámbito hospitalario, lo que permite hacerla en el domicilio de un paciente con alta sospecha de COVID-19. Estos test son menos sensibles y específicos que la PCR y permiten conocer si el paciente está pasando la enfermedad (IgM positiva), no la está pasando (IgM e IgG negativas) o ya la ha pasado (IgG positiva)
- Serología en sangre por técnica ELISA: La serología se realiza mediante una extracción de sangre y un análisis del suero en sangre… La extracción de sangre será realizada por personal facultado para ello, en medios debidamente homologados, igual que el transporte y la validación de los resultados por facultativos expertos. La prueba de serología en sangre para detectar la presencia de coronavirus es recomendable realizarla desde el 4º o 5º día del posible contagio y sin fecha límite desde este, ya que nos puede indicar la presencia de anticuerpos una vez pasada la enfermedad, aún sin haber tenido síntomas.
TRATAMIENTO: Hasta la fecha, no hay vacunas o medicamentos específicos contra la COVID-19. Se están investigando tratamientos, que serán probados en ensayos clínicos. Generalmente los pacientes con COVID-19 reciben combinaciones de varios medicamentos y se pueden considerar sospechosos de haber producido la reacción adversa a todos ellos, sólo a algunos o incluso a otros medicamentos que el paciente estuviera tomando. En algunas ocasiones las reacciones adversas se producen debido a la interacción de varios medicamentos que el paciente está recibiendo. De los casos notificados, hidroxicloroquina aparece registrado como medicamento sospechoso en 234 casos, lopinavir/ritonavir en 129, tocilizumab en 74, interferón beta 1B en 12, remdesivir en 11, cloroquina en 5, anakinra en 3 y baricitinib en 1 caso. No se han recibido notificaciones con interferón alfa 2B, ruxolitinib, sarilumab ni siltuximab. Cabe esperar que los fármacos que más se administran sean los más notificados por lo que un mayor número de casos notificados no es indicativo de mayor riesgo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario