Todo el tiempo estamos rodeados de radiación electromagnética: desde señales de radio y televisión hasta todo tipo de tecnologías, incluidos los celulares y de fuentes naturales como la luz solar.
A mediados de los años 90, se comenzaron a desplegar las redes de antenas de telefonía móvil. Aunque se hacían con estándares técnicos internacionales, que ya tenían en cuenta la protección de la población, no se ofreció la suficiente información al respecto. La red 5G depende de las señales que envían las ondas de radio con ondas de frecuencias más altas que las redes previas de telefonía celular, lo que permite que más dispositivos tengan acceso a internet todo el tiempo y a velocidades más rápidas. Estas ondas viajan a distancias más cortas a través de espacios urbanos, de manera que las redes 5G requieren más torres de transmisión que las tecnologías previas y deben estar posicionadas más cerca de la superficie terrestre.
La radiación electromagnética utilizada por todas las tecnologías de telefonía celular ha llevado a que algunos se preocupen por sus riesgos a la salud, como desarrollar ciertos tipos de cáncer. En 2014 la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que "no se han establecido efectos adversos a la salud causados por el uso de teléfonos celulares".
Sin embargo, la OMS junto con la Agencia Internacional para la Investigación de Cáncer (IARC) clasificó toda la radiación de las frecuencias de radio (de la cual las señales de móviles forman parte) como "posibles carcinógenos". Fue puesta en esta categoría porque "hay evidencia que no llega a ser concluyente de que la exposición puede causar cáncer en humanos".
Comer vegetales en escabeche y utilizar talco están clasificados en el mismo nivel de riesgo.
Las bebidas alcohólicas y la carne procesada están ubicados en un riesgo más alto.
Dice uno de los investigadores de esta problemática que se entiende que la gente esté preocupada sobre si debe elevar el riesgo de cáncer, pero es crucial notar que las ondas de radio son mucho menos energéticas que incluso la luz visible que experimentamos cada día. Que no evidencias de que los teléfonos móviles o las redes inalámbricas causan problemas de salud.
La OMS afirma que las exposiciones de frecuencia electromagnética debajo de los límites recomendados en las regulaciones del ICNIRP no parecen tener ninguna consecuencia conocida en la salud.
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