Pero ¿qué pasará cuando acaben los ERTES y las empresas sigan sin recuperarse?
Según datos recopilados por el despacho de abogados Castaño Asociados reflejan el "negro panorama económico" que se cierne sobre el tejido empresarial español debido a la crisis económica aparejada a la pandemia del coronavirus. El 25 % de las empresas españolas en situación de ERTE no podrán continuar con su actividad más allá del próximo 31 de mayo, y la mitad se verán en la tesitura de llevar a cabo severos ajustes de su plantilla, ya sea a través de despidos individuales o mediante un ERE.
El bufete ha detectado que en los últimos meses muchas empresas se han visto obligadas a recurrir a un ERE para reducir gastos mediante la reducción de personal, engrosándose así la cola del paro. Porque está claro que a muchas empresas las cuentas no les van a cuadrar. Incluso en el escenario más positivo, que se recupera la facturación a niveles de 2019 van a tener que hacer frente a una deuda que merma mucho su capacidad de maniobra. Llegados a este punto muchos prefieren prescindir de personal y asumir gran parte de este trabajo a costa de menos descanso, especialmente en sectores como hostelería y comercio.
La destrucción de empleo en plena pandemia va por barrios: tan solo crece la ocupación de trabajadores con estudios superiores. De esta forma será complicado que no se si en 2021 o 2022 se mantengan los niveles de empleo. Si se ha producido una revitalización de la economía tendrán un poco más fácil encontrar otro trabajo, pero habrá muchas personas en situación de desempleo y empresas que intentarán mantener bajos los costes laborales.
Habrá que ver como evoluciona la situación económica, no solo sanitaria. Por un lado se tiene que producir una recuperación con una progresiva vuelta a la normalidad, ya sea a mediados de 2021 o a finales dependiendo del ritmo de vacunación, no solo en España sino en el entorno europeo para que se recupere la movilidad.
Por otro lado los fondos de la UE, el que muchos han denominado como segundo Plan Marshall para Europa, tendría que empezar a producir efectos en la economía ya en 2022 haciendo que determinados sectores sean motores para la transformación y recuperación económica. Veremos cuántas pymes pueden aprovechar estos recursos.
Las empresas en muchos casos se tendrán que redimensionar. No basta con preservar solo el empleo y mantener el tejido productivo, se van a necesitar reformas que permitan a las organizaciones ser capaces de adaptarse a un nuevo entorno económico y poder competir. Y no será nada fácil con el modelo actual.
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